Jamás te alegres por el dolor ajeno, todos en la vida lloramos; jamás te aventures a desearle a alguien lo que a tu conveniencia deba vivir, alguien más puede hacerlo por ti en un futuro. Jamás digas “Bien hecho”, te puede ocurrir a ti; jamás añores la soledad ajena, aunque todos debamos vivirla y a todos nos toque, todo esto se da a su debido tiempo. Procura entender ciertas cosas, aunque en el proceso no te acerques ni remotamente a lo que el otro está viviendo. Intenta callar, aún a costa del torbellino de palabras que llevas dentro, no siempre las palabras alivian un corazón roto.
Jamás digas que una persona no merece ni tan solo el roce de tu piel nomás porque se equivocó y le erró al camino, porque todos nos equivocamos y merecemos una nueva oportunidad.
Procura no decir “Nunca”, procura no decir “Siempre”, pues todo aquí es eventual, nada dura eternamente. Sólo el Amor…y eso hay que practicarlo.
Cintia Daniela Domicolo
No hay comentarios:
Publicar un comentario