miércoles, 23 de noviembre de 2011

SI ALGÚN DÍA DIOS...


(Música para escuchar de fondo-optativo)

Si algún día Dios quisiera llevarme consigo y tú…quedas aquí en este mundo, quiero que te desahogues todo lo que tu propio dolor te permita, pero una vez que las lágrimas cesen quiero que me recuerdes de la mejor manera, sin idolatrarme por ello, sabiendo que fui una persona que hizo lo que tuvo a su alcance para ser una mejor persona, pero que sin embargo no era perfecta, que también tenía sus defectos, como cualquier ser humano sobre esta tierra.
Si Dios quisiera llevarme en sus brazos, no quiero que te enfades con él y que pierdas la fe en lo divino, recuerda que Dios esta siempre a tu lado, en los buenos y malos momentos, y que hay cosas que simplemente no se pueden evitar, a menos que esa sea su voluntad, pero si de alguna forma te preguntaras por qué Dios permitió que yo marchara, simplemente aceptes que así debían ser las cosas y que detrás de cada manifestación se esconde un propósito mayor para nuestra existencia, que nada ocurre por casualidad. Recuerda que todo tiene su razón de ser, y que lamentarte por lo ocurrido solo acarreará mas dolor a tu vida y a la de aquellos que te rodean.
No permitas que tu hija te vea decaer, mas bien, enséñale a que la vida continúa y que ella te tiene a ti, su padre, quien la consolará en los momentos de tristeza y quien responderá a todas sus dudas cuando no comprenda algo. Y cuando no sepas que responder, simplemente déjalo en manos de Dios, acepta tu ignorancia frente a ella y dile con franqueza que no tienes la respuesta, pero que te esforzaras por dársela.
Si algún día Dios quisiera llevarme consigo, reza por mí, refúgiate en la oración, pues la oración es milagrosa, a menudo no nos tomamos el tiempo para dedicar unas palabras a Dios, pero si no te sale, si las palabras y el sentir no fluyen como quisieras, al menos pronuncia una sola frase: “GRACIAS”, sé agradecido siempre por lo que tienes, y enséñale a nuestra hija, a tu familia, a tus amistades la importancia que encierra nuestra gratitud hacia con todas las cosas. No te confundas cuando una experiencia mala o dolorosa golpee a tu puerta, mas bien enfréntalo con coraje, nada esta de paso en esta vida, si llega a ti, pues debía suceder, para que con la experiencia logres crecer, madurar y evolucionar, nada es en vano cariño, nada, podremos llorar, quejarnos, amargarnos con las injusticias, con los avatares de la vida, pero Dios jamás cargará sobre tus espaldas un peso que supere tu capacidad de sobrellevarlo, y si fuera así él te dará fuerzas extras.
Si me voy con Dios, no temas a la soledad, la misma es pasajera, transitoria, llegará el momento en que tu corazón se encontrará listo para volver a amar, en cuerpo y alma. Quiero que seas feliz, y que no pienses de alguna forma que me fallarás, no puedes encadenarte al pasado, que de hecho jamás regresará, solo en tu memoria permaneceré viva, pero no en esta vida, recuérdalo.
Por último, si debo partir antes que tú…mira al cielo y agradece una vez más, después de todo es importante y gratificante saber que has conocido a una persona que te amó con todo su ser, antes que nunca haberla conocido.

Cintia Daniela Domicolo 



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